Hace muchísimo tiempo
que las hadas existen. Y los gnomos, los elfos, las ondinas y los duendes. Son como una gran familia, y como en todas las
familias, los hay buenos y malos.
Viven en los bosques
profundos, las aguas de los arroyos y los árboles centenarios.
A las
Hadas les gusta mucho cantar y bailar, y bailando pasan casi todos sus momentos libres
La Reina Titania y el
rey Oberon intentan poner un poco de orden en el mundo de las Hadas, pero no tienen mucho éxito.
Los más jóvenes
son particularmente traviesos,Nunca se sabe que están maquinando
Pero como quiera que
sean, siempre están ahí.
Viviendo en nuestros
sueños.
Es difícil adivinar a donde van las hadas cuando quieren peregrinar.
Cogen el camino que mejor les parece y se van a correr mundos, o cielos, o planetas, o cuevas submarinas.
Ellas se pueden permitir hacer lo que les plazca porque para eso son hadas.
A mí no me lo cuentan pero sé bien que algunas dicen que se van, pero no. En realidad, se quedan tranquilamente
en sus casas descansando o leyendo un buen libro. Que es otra manera de peregrinar, solo que hacia dentro.
Y las que sí se van, peregrinando mundos, vuelven con los ojos llenos de paisajes nuevos, la memoria repleta de
palabras y el alma rebosante de sensaciones.
Y en las noches que siguen a su regreso, reunidas en sus círculos de baile, relatan canciones y poemas, hablan de todo
lo vivido y entrelazan historias que no acaban hasta el amanecer.
Que nadie piense que las hadas son unos
seres ociosos, que pasan todo su tiempo en los anillos de baile. No, no. Antes de bailar atienden a muchas cosas importantes.
Podéis ver a esta pequeña hada soplar sobre las semillas del Diente de León, para que se esparzan por el campo y germinen
en buena tierra
También es muy importante reponer los botones
que se pierden y, ocasionalmente, reparar algún descosido o desgarro en los vestidos. Las hadas saben muy bien que no deben
despilfarrar las flores de las que se visten
Recolectar las frutas silvestres que ya
han madurado, es también un trabajo importante. A las hadas les gustan mucho las frutas y mantener las plantas productivas
es bueno para todos y más para los animalitos que se alimentan de ellas.
Y, sobre todo, hay que cerciorarse de que
cada flor conserva su perfume original. (Sería un desastre que una margarita oliera a rosas, por ejemplo)
A estas y a muchas otras cosas, igual de
importantes, dedican las hadas buena parte de su tiempo. Y nosotros se lo agradecemos.
Dicen los que saben, que las hadas también
lloran, aunque no lo hacen como los humanos. El llanto de las hadas no se pierde en los pañuelos, ni se evapora en
el aire.
Dicen que cuando lloran de alegría, sus
lágrimas se convierten en diminutas cuentas de colores brillantes y que las hadas hacen con ellas pequeñas joyas: collares,
pendientes y colgantes con los que adornarse y que siempre las llevan puestas para recordar el motivo feliz que las provocó,
pero si su llanto es de dolor, es distinto su destino.
Dicen que cuando los antiguos espíritus
del bosque oyen a las hadas llorar de pena, desde el mismo corazón de la tierra hacen brotar un árbol frondoso, azul
y luminoso como el cristal y cada lágrima de hada se transforma en una hoja nueva prendida a sus ramas que crecen y crecen.
Todas las hadas han vertido muchas lágrimas
por los niños que nunca las conocerán porque cortaron el camino de su vida el hambre, el frío o el terror. Y saben que el
Árbol nunca dejará de crecer, que nunca cesará la violencia ni la injusticia pero se consuelan teniendo un lugar tan especial
donde guardar su pena, porque un árbol crece hacia las alturas y la luz.
Hacia donde la paz siempre es posible
~VOLAR CON LAS HADAS~
De la plaza y de las calles de paredes blancas, de los campos sembrados de trigo, de la iglesia
y los caminos del pueblo,me he marchado ya.
Quizá
veas a una muchacha con mi cara y mi pelo;quizá creas que me ves llamar a la puerta de mi madre;te parecerá escuchar mi voz
y percibir mis gestos,pero no seré yo, porque no volveré más
Me he marchado a volar con las Hadas,con las Reinas de los cuentos antiguos, con los Reyes que ganaron lo que
una espada puede ganar, y con los viejos espíritus del bosque.
Dile
al padre Robert que no rece por mí en la misa del domingo,que no mencione mi nombre, que no me llame. Donde ahora estoy, ya
no me alcanzan sus palabras.
Puedes
preguntar por mí a las garzas y los gorriones,al aire que murmura entre el ramaje del bosque,al agua que salta sobre las piedras
del arroyo...
Puedes
intentar adivinar mi cara en la última estrella que se oculta antes de amanecer, pero nunca me llames ni dejes tu ventana
entreabierta para mí.
Me he marchado a volar con las Hadas y no volveré más.
La Hora de las Estrellas
Los bebés de las hadas tienen que dormir,
como todos los bebés del mundo. Y no vayan a pensar que es cosa fácil conseguir que se vayan a la cama..!
Siempre querrían quedarse despiertos
hasta muy tarde persiguiendo luciérnagas, jugando al escondite entre los árboles o paseando a lomos de caracoles y mariposas.
Algunas noches es tan difícil conseguir que
se duerman que no hay más remedio que recurrir a cosas extraordinarias.
Y algo extraordinario es una lluvia de estrellas..!
Entonces sí que los pequeños se tienden en sus camas para ver mejor como el cielo se llena de luces que corren en la oscuridad,
aparecen y desaparecen, quizá jugando a un escondite celeste. Y poco a poco, el sueño llega...
Hay tiempos oscuros en que las Sombras se ciernen sobre el mundo.La luz corre a esconderse detrás de espesas nieblas,y todas las criaturas sienten miedo.
¿Cómo encontrar el camino de regreso a casa? ¿Qué será de los niños perdidos,De
las mariposas y los delfines, de los caracoles y las cigüeñas..?
Cuando eso sucede, hay que correr a pedir ayuda a las Hadas.Ellas
son las únicas que saben donde se ocultan las pequeñas llamas que encienden el color de las flores y las únicas que
pueden hacer que se abran en la oscuridad.Todas las Hadas, con
una llamita entre sus manos, irán hacia las flores y las encenderán y cada flor
encendida, prestará su luz a una compañera y pronto el mundo brillará como el mismo
Sol.
Y las Sombras se disiparán.
Nadie
ha logrado descifrar el alfabeto de las hadas. A través de muchos siglos han guardado el secreto del lenguaje en que se comunican
y en el que escriben su historia y la de los seres mágicos que las precedieron.
Siempre han procurado mantenernos alejados de su mundo más escondido y a ninguna persona le ha sido revelado
el misterio. Saben bien el mal uso que puede hacerse de su sabiduría.Escriben para ellas, para
transmitirse lo que aprendieron a lo largo de los Tiempos y para que sus conocimientos permanezcan y sirvan a sus nuevas
generaciones.Por eso su magia y sus hechizos, su historia y su destino se escriben en el aire con
luz de atardecer.¿Como podríamos nosotros, seres terrenales, llegar a comprenderlo?Debe bastarnos saber que las hadas están ahí, en algún lugar entre el cielo y la tierra y que si creemos firmemente
en ellas, quizá logremos verlas. Algún
día.
El Mundo no era sino niebla cuando las Hadas
llegaron.
Permanecieron calladas y ocultas hasta que el
Hombre aprendió a mirar con los ojos del alma y pudo ver más allá de su razón.
Entonces las Hadas se hicieron visibles. Enseñaron
al Hombre a creer en sus sueños y a esperar lo imposible.
Le hablaron de flores que guardan secretos,
del agua que sabe canciones, del árbol amigo, del viento, del cielo y la tierra y del misterio escondido en cada cosa que
existe.
Le contaron que viven en la luz y en el aire,
que se ocultan de todo el que duda y a aquellos que creen, les muestran su Reino y les nombran Guardianes de la Fantasía.
Y también prometieron quedarse mientras viva
en la Tierra algún ser humano que sepa que existen y recuerde el camino que lleva a su encuentro.
Vivir en las grandes ciudades es algo que
no les gusta nada a las Hadas, pero no vivir en ellas no significa que no las visiten nunca. Al contrario, acuden cada noche,
porque cada noche hay sueños que atender, ilusiones que cumplir, deseos que realizar.
Cuando las luces se apagan en las ventanas
y en la ciudad se hace el silencio, las hadas llegan a velar el descanso de los humanos que creen en ellas, alejan sus pesadillas
y hacen sonreír a los niños que duermen.
Si vives en una gran ciudad, duérmete pensando
en las hadas, en los lugares mágicos en que viven y en todas las cosas maravillosas que ellas pueden hacer por ti. Quizá te
recompensen llevándote a un largo paseo entre las nubes. Y cuando despiertes, serás mucho más feliz
Las hadas no poseen dinero que gastar.
No tienen casas ni armarios llenos de ropa,
pero es suyo el trino de los pájaros
y suyos son el cielo y la tierra.
No importa si vives en un palacio de oro
o si has de dormir al borde de un camino.
Nunca podrás ser tan pobre como un hada
ni nunca alcanzarás a ser tan rico.
Y aunque creas que tu juventud te hace dueño
del mundo
o que tus muchos años te han hecho sabio,
nunca serás tan joven como un hada
y nunca llegarás a saber tanto.
Autor desconocido
Al anochecer, las Hadas inventan sus lugares
de reunión, que son tan mágicos como las mismas Hadas. Siempre tienen el clima que las Hadas quieren que tengan y siempre
hay un poco de todo para que ninguna encuentre nada en falta.
Al borde del arroyo se extienden suaves
praderas de hierba tierna donde poder bailar, árboles dorados donde esconderse, casas acogedoras donde descansar...
Cuando las hadas desean un lugar mágico,
sólo han de dibujarlo en su mente y el lugar pensado se materializa, surgiendo de la nada.
Dicen que, de vez en cuando, las Hadas otorgan
ese maravilloso don a algún mortal. Nunca dicen a quién le han concedido algo tan especial. Prefieren que sean los propios
mortales quienes descubran si lo poseen.
Si
puedes cerrar los ojos y ver tus ilusiones dibujadas en tu pensamiento, no hay duda; eres uno de los afortunados.
"En
el bosque nadie sufre ni está abatido por las congojas
sólo
compasión traen los céfiros
para
susurrarles a las hojas
En
el bosque nadie sufre ni está abatido por las congojas
sólo
compasión traen los céfiros
para
susurrarles a las hojas
¡Dáme
el caramillo y canta!
Déja
que la canción borre el sufrir,
pues
el son del caramillo permanece
cuando
el pasado se une al porvenir."
(Khalil
Gibran)
Hechizo para convocar a las hadas
Sientese
donde el gato se sienta
Cruce
los dedos de los pies.
Cierre
los ojos y huela una rosa
Entonces
diga:
Gadflykins! Gladtrypins!
Gutterpuss and Cass!
Vengan
a mi las hadas
cada chico y cada chica.
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